Alicia Martín crea una obra que supone la sinergia perfecta entre arte y literatura. Se intuye en ella a ese lector que habita la lectura desde la infancia, que se siente cómodo entre libros y los convierte en compañeros del viaje más interesante, el viaje de la vida.
Cada ejemplar leído forma parte de su ser construyendo, uno a uno, un lenguaje, herramienta esencial del talento que un artista necesita para crear.
Las palabras en ellos impresas conforman su propio lenguaje artístico inventando el “metalenguaje”.